Un dragón alado que escupe fuego, dibujo de Friedrich Dragon cupcakes Bertuch, 1806. La palabra aparece también en la tradición cristiana: el Apocalipsis se refiere a Satanás como el gran dragón, la serpiente antigua. El dragón, uno de los más conocidos seres mitológicos, ha sido inspiración de diferentes relatos y poemas, algunos de los cuales han sido llevados al cine.
La primera aparición de los dragones fueron unos amuletos de jade de la cultura Hongshan, en China hace aproximadamente 6,700 y 4900 años. La creencia en dragones se sustenta en las diversas tradiciones sobre ellos. Cuadro de Eugène Delacroix Apolo combatiendo con la serpiente Pithon. En Occidente el simbolismo alrededor del dragón es esencialmente el de la lucha. Sin embargo, la lucha entre el dragón y un héroe o un dios tiene distintos significados. Posteriormente los dragones fueron fuerzas a las que se les ofrecían doncellas en sacrificio.
En ocasiones se distancian las actitudes tomadas en las culturas del mundo frente a la figura del dragón y la lucha que supone, particularmente si se compara la idea de dragón que existe en el Extremo Oriente con la predominante en Occidente. Sin embargo, los dragones malévolos no están restringidos a Europa: entre otras culturas, esta interpretación se mantiene también en la mitología persa. Ha variado a lo largo de la historia. Como ejemplo, entre los romanos, típicos representantes del Occidente antiguo, el dragón era considerado un símbolo de poder y sabiduría. Para la cultura cristiana el dragón simboliza el mal y la destrucción, Se convierte en un animal al que hay que eliminar. Existen varios ejemplos, como el arcángel San Miguel luchando contra un dragón, o el dragón que se revuelve contra la lanza de San Jorge.